No voy a vivir para siempre, pero mientras estoy aún aquí, no perderé el tiempo en lamentarme por lo que habría podido ser o en preocuparme por lo que será.
Viviré feliz y comeré el postre cada día (si tengo ganas).
Me preocuparé menos por lo que piensa la gente.
Me he ganado el derecho a no ser perfecto.
Así pues, para contestar a la pregunta, me gusta ser mayor.
Me he dado la libertad de que me guste en que me he convertido .
También me frustro por lo vieja que me veo en el espejo pero no pienso sobre ello mucho tiempo.
Me hecho amiga de mi misma.
He visto a muchos amigos dejar este mundo demasiado pronto; antes de que pudieran entender la gran libertad que tiene hacerse viejo.